Cuando hablamos de nuestro niño interior , nos referimos a nuestro pasado, todo el tiempo estamos conectados a él, sin embargo pocas veces lo escuchamos y casi nunca lo comprendemos. nos cuesta trabajo entender que nuestras emociones, pensamientos y sentimientos ante determinadas circunstancias lo activan, a veces de forma positiva y otras tantas de forma negativa, cuando se es un niño (a) no tenemos las herramientas necesarias para comprender lo que vivimos y estas vivencias suelen dejar huellas invisibles que se detonan en momentos específicos de nuestra vida adulta causando sentimientos que pueden si no, nos hacemos conscientes de ello lastimar nuestra vida en general. por este motivo siempre es importante revisar constantemente nuestras emociones para entender si está hablando el niño que todos llevamos dentro, desde las vivencias que no supo manejar en determinado momento, o el adulto consciente de ello.
» Porque crecer por fuera no siempre implica crecer por dentro».
Para este niño (a), el día de hoy preparamos un baño lleno de dulzura , ternura y recuerdos que apapachen su alma y tranquiliza su mente, necesitarás:
*Un puñado de dulces, de preferencia aquellos que te recuerden tu niñez
*Azucenas blancas, un ramo mediano
*Miel 1/2 cuarto
*Un juguete que tengas o que te recuerde tu niñez (opcional)
*Varias bolsitas de dulces (estas las regalarás a personas que creas que necesiten apapachar a su niño interno)
Instrucciones:
Poner agua a calentar la suficiente para un baño, ¡si es de tina mejor! si no tienes tina, calienta dos litros de agua y sigue las instrucciones descritas más adelante
Agrega las azucenas, la miel y los dulces, (se sugiere que muevas el agua hasta que se derritan la miel y los dulces)
si eres afortunado y tienes tina de baño, agrega los ingredientes directamente en ella y después sumérgete en esta agua, si no tienes tina, deja entibiar el agua que pusiste a calentar previamente y agrega los ingredientes procurando deshacer la miel y los dulces , a continuación date un baño como comúnmente lo harías y al finalizar siéntate en el piso debajo de la regadera y juega un poco con esta agua, sumerge tus manos y sigue las instrucciones
Comienza tomando las flores en tus manos y ve pasándolas por todo tu cuerpo mientras dices cosas amables para ti, que acaricien y den amor a ese niño interior:
“Gracias por existir, por tu amabilidad, amor y respeto que te brindas y brindas a los demás.
Este mundo es mejor con tu presencia, te abrazo y lleno de todo este amor que tengo para ti”
ahora date un abrazo a ti mismo
(me sostengo en ese abrazo y me recuerdo que yo protejo a ese niño soy el adulto que está en armonía, soy amor y fuerza para mi mismo, compartiendo con todos los que me rodean.), me quedo así unos minutos… si estoy en la tina me doy la oportunidad de permanecer así durante unos minutos mientras tomo el juguete en mis manos y dejó que los recuerdos me lleguen, si no estás en una tina comienza a vaciar el agua tibia sobre tu cuerpo pensando en ese pequeño niño, reflexiona unos minutos en lo que estás pensando o en los recuerdos que te trae el juguete de tu infancia una vez que hayas terminado enjuaga nuevamente para evitar quedar pegajoso, seca tu cuerpo como cuando eras pequeño y guarda en tu mente y corazón este recuerdo.
Por último, llena unas cuantas bolsas con dulces para aquellas personas que necesitan un abrazo, un beso o un apapacho del alma, y en cuanto puedas dáselas con todo tu cariño.
Recordemos que estamos en nuestra cosecha que mejor manera de celebrar compartiendo