¿Te ha ocurrido que después de una experiencia dolorosa o abrumadora (en el trabajo, en la familia, con la pareja, etc) revives en tu mente una y otra vez lo ocurrido y vuelves a sentir esa incomoda sensación de haberte equivocado?
Algo que no debiste decir con esa severidad, una reacción que debiste reservarte o una impresión que no pudiste evitar. Algunas de las cosas que nos ocurren y que nos forman como seres humanos no tienen que ver exactamente con nosotros, sino con como reaccionamos ante lo que otras personas realizan.
En el día a día interactuamos con otros y nos movemos en diferentes estados de animo que algunas veces nos es difícil entender y superar.
Con este sencillo ritual podrás quitar la emoción adherida a esos momentos de conflicto (o gran felicidad) donde nuestra mente se concentra y no nos permite avanzar hacia una mejor versión de nosotros. No requieres de muchas cosas, solo: un lugar en silencio, un poco de incienso, una veladora de color blanco y una situación que este afligiendo tu mente.
Lo primero a realizar es establecer el momento y lugar para trabajar en ti y que nada sea más importante en esos minutos. Ve a un lugar cómodo y con silencio, para no distraer tu atención. Prende el incienso, prende tu vela, y consagra ese espacio y momento como tuyos.
Cierra los ojos y piensa en la situación que es difícil digerir, imagina que estas en una sala de cine, donde el único espectador eres tú, la pantalla esta en blanco, sólo iluminada por la luz del proyector y entonces en ese silencio y paz, proyecta la escena a la que deseas quitarle poder, ya no como un actor, sino como un espectador, estás viendo la película de tu vida, no te juzgues, no trates de cambiar tus reacciones, o a las personas involucradas, nada de lo que pasa puede volver a dañarte y no puede cambiarse.
Aún como espectador puedes volver a sentir ese dolor de estómago, las ganas de llorar, de salir corriendo y ese es el momento para cambiar la escena, puedes bajar el volumen de lo que escuchas, hasta que los actores no se escuchen y puedas ver solo su gesticulación, quita el color a la imagen, hazla opaca, blanco y negro, aléjala, hazla más pequeña, si tienes un olor asociado a ese momento quítalo, desgasta esa escena. No se trata de borrar de tu mente algo que viviste, se trata de aceptar y superar lo que ya no puedes cambiar.
Haz tantos cambios como consideres necesario para quitarle emoción y para darte cuenta que las cosas ocurrieron tal cual debían pasar, lleva tus manos al pecho, agradece la experiencia vivida y dí en voz alta:
“Lo que ocurrió, fue en las circunstancias perfectas y en el momento adecuado,
agradezco la persona que fui en ese momento y agradezco no serlo más”
Abre tus ojos, ubícate en el aquí y ahora, apaga tu vela
y agradécete por el momento que te regalaste.
Trata de trabajar con una situación a la vez, pues revivir las escenas y sentimientos puede ser intenso y lo que buscamos en retomar el control de nuestras emociones y no incrementarlas y desorientarnos.
Esta herramienta se conoce como recapitulación y puedes usarla cuantas veces requieras, para todas las situaciones donde estés dejando mucha emoción y te sea complicado superar.
Escrito y compartido por la Maestra: Beoatz-Esmeralda