Escrito por Áryan Verónica Rodríguez
Brujas y brujos que indagan en mi baúl pagano, resulta que este blog es de magia y paganismo, por lo que es fundamental que hablemos sobre el origen de las palabras bruja, chamán, druida, hechicero, entre muchas otras connotaciones y ¿Por qué crees que nos identificamos con ellos?
Remontémonos a unos 100,000 años antes de nuestra era, estaban los famosos ancestros neandertales que ya hacían especies de ceremonias con plantas de poder, hacían ritos funerarios colocando flores en los entierros y el famoso ocre rojo, el color sagrado del que ya hemos leído en este blog. Además de que entendían de plantas, herbolaria y se orientaban por el totemismo; que los espíritus de los animales los protegían.
Con el ancestro sapiens sapiens hay más registro de un culto orientado más a la madre tierra y había mujeres y hombres que podían dirigir espiritualmente a una comunidad. También conocían de plantas y empezaron a desarrollar pequeños ritos de paso o de iniciación.
Eran los que conforme el hombre se hizo sedentario tenían comunicación con los seres espirituales, con los maestros ascendidos, con las fuerzas de la naturaleza, con lo no evidente y así fueron orientando el culto a dioses que representaban a la naturaleza y a los arquetipos masculinos y femeninos con sus peculiaridades.
De ahí el origen del chamán o chamana que fueron migrando y poblando por África, Europa, Asia, América y Oceanía son personas “sagradas”, son los curanderos, shamanes, sacerdotes, unos llegaron a reyes y emperadores teocráticos que difundían los mitos y las creencias.
Siempre ha habido personas en el mundo con la percepción más desarrollada, que pueden entrar a otros mundos, planos, que tienen la videncia, que pueden sanar gracias a su gran conocimiento de la herbolaria que es la gran farmacia de la antigüedad, pero además tenían una gran sensibilidad y podían desarrollar el conocimiento de los oráculos y la predicción, así como quitar males venideros, pero finalmente era el curandero, el médico, el psicólogo, el guía espiritual, el gobernante-sacerdote, el maestro y no cualquiera podría serlo. Este término se sigue utilizando en muchas variantes según las lenguas autóctonas que existen en el mundo.
En la antigua Galia lo que ahora se conoce como España, Francia, Gran Bretaña, Bélgica, Suiza, Países bajos, Alemania, Italia; se establecieron los celtas y ellos les llamaban druidas a sus guías espirituales, pero un druida iba más allá de ser un emperador-sacerdote, un druida está siempre en contacto con la naturaleza, conoce las peculiaridades del bosque, de la noche, del día y de los astros. Podían sanar personas por medio de la herbolaria y dirigían el culto a la triple diosa y a una muy vasta mitología celta. Por cierto, el santuario de Stonehenge es un complejo megalítico situado en el sur de Inglaterra que inspiró en el siglo XVIII un movimiento que abogaba por la restauración de la tradición druídica. Hoy en día sigue siendo un lugar emblemático del neodruidismo.
Pero ahora ahondemos en el origen de la palabra “bruja“, “witch” en inglés, tiene una connotación muy hermosa, ya que significa “mujer sabia“, “wise woman” en inglés.
En el pasado, estas mujeres eran muy respetadas en la cultura celta. Esto era porque tenían un profundo conocimiento sobre la naturaleza. Estas mujeres mantenían un estrecho vínculo con todos los seres vivos. Ellas eran expertas en el estudio de los árboles y plantas.
De hecho, la bruja que volaba simbolizaba, para ellos, a ese ser que lograba desapegarse de todas sus limitantes para trascender a niveles superiores. Sin embargo, con el paso del tiempo, la gente lo olvidó. Después, con la llegada del cristianismo lo relacionaron con algo satánico.
La bruja mantenía y protegía los conocimientos. Ella era la responsable de transmitirlo de generación en generación.
Sin embargo, la palabra “bruja” en español no se sabe con exactitud su procedencia, ni su significado original. Parece ser que la etimología inicial de la palabra es con “x”, de modo que en su forma más primitiva sería “bruixa”, en Catalán.
El primer documento en el que aparece esta palabra data del siglo XIII. La mayoría de los eruditos tienden a pensar que puede tener un origen ibérico o celta. Por otro lado, hay expertos que relacionan esta palabra con el latín vulgar “voluxa”, que significa “que vuela“.
Otros expertos mencionan que la raíz de la palabra bruja, “bruix”, procede de la palabra protocelta “brixta”. Esta era una lengua común hablada por todos los celtas. “Brixta” quería decir “hechizo” y finalmente sobrevivieron pero se extendió su fama por la Europa medieval, cualquiera que no cumpliera con las leyes que establecía el cristianismo y catolicismo era considerado brujo, bruja, hereje, demonio, hechicera, patas voladoras, chupaniños. Y comenzó la cacería más grande de la historia de la humanidad, ya que cualquiera podía ser denunciado, excomulgado, torturado y juzgado.
Gracias a documentos históricos, pero sobre todo a los estudios antropológicos podemos saber los ritos y costumbres de muchas culturas antiguas que aún persisten en el mundo y gracias a los reconstruccionistas de las religiones o ritos antiguos, podemos acercarnos a dichas prácticas milenarias que nos permiten percibir el mundo de manera diferente, conocer de la herbolaria, los oráculos, la videncia, así como una percepción más despierta pero también más unida a ti, tú finalmente, bruja, brujo ¡yo qué te puedo decir! el camino está frente a ti, mírate y reconoce qué tienes dentro, qué necesita manifestarse y por dónde comienzas a hacer el recuento, tu linaje es ancestral y debes conocerlo; bueno esa es una pequeña tarea para quienes quieren transitar por este camino que está lleno de magia y sabiduría.