Muchos de los elementos actuales de la Navidad enmascaran tradiciones paganas o chamánicas mucho más antiguas.
La mayor parte de occidente celebramos la Navidad sin darnos cuenta de que gran parte de los ritos y el simbolismo que utilizamos tienen significado chamánico, como el uso de la amanita muscaria que ha dado origen a celebración de la Navidad en sí misma.
La amanita muscaria es un hongo psicoactivo tóxico que aparece en muchas partes del mundo como Europa y Norte América. Considerado como narcótico divino o la seta elixir de la inmortalidad, fue usado ya hace más de 3500 años por los Arios en Valle del Indo que alababan sus cualidades energetizantes y embriagantes.
Los efectos de comer seca o fresca la amanita muscaria incluyen entre otros euforia, claridad de pensamiento y resistencia, pero también ebriedad, desequilibrio y nauseas.
Los chamanes y sanadores de Siberia fueron individuos que servían a la comunidad entrando en contacto con el mundo espiritual para sanar la enfermedad, para lo que en muchas ocasiones ingerían amanitas al igual que usaban la percusión y el canto para entrar en trance. La amanita muscaria era ingerida también por la gente común que se embriagaba con ella de forma habitual, de la misma manera como se toma alcohol en nuestra cultura actual.
Trabajos antropológicos recientes sugieren también, que se daba uso a la amanita para conseguir mayor capacidad de resistencia al trabajo físico y para complementar la dieta de la zona, muy baja en vitamina D.
Una de las tareas de estos chamanes de Siberia era repartir las codiciadas setas por las tiendas de los miembros de la tribu colgando amanitas en esas tiendas a modo de regalos. Muchos de los efectos negativos del uso de la amanita se compensaban consumiéndola seca, es por ello que los chamanes y miembros de la tribu, las secaban colgándolas de los pinos o dejándolas reposar cerca del fuego. Se ha inferido que, en ocasiones, debido a las abundantes nevadas que dificultaban el acceso a las tiendas (Yurtas), los chamanes entraban por las chimeneas con su saco de amanitas y otras plantas medicinales.
Con el paso de los años esta costumbre ha podido mutar en la cultura popular dando lugar al mito de un personaje que trae regalos en fechas cercanas al solsticio de invierno, época de poca luz, magia y recogimiento en las tierras nórdicas.
Algunos estudiosos apuntan a que el comportamiento que se produce en los renos, que consumen algunas veces amanita muscaria y muestran señales de ebriedad, pudo ser observado primitivamente por las tribus Indias del norte de Siberia, dando lugar al mito de los renos voladores, que pudo ser alimentado además por una alucinación proveniente del consumo de la amanita.
Muy posteriormente, cuando el cristianismo se extendió en Europa expandiendo sus figuras sobre los las fiestas paganas, impuso la figura de San Nicolás, obispo Ortodoxo ruso su origen de esta figura se remonta al siglo III y el IV d.n.e. Provenía de una familia muy rica y religiosa, la cual, por el lado de su padre, le incitaba a hacerse comerciante en el Mar Adriático; por el otro, el de su madre, le incitaba a ser sacerdote, siguiendo los pasos de su tío, quien era obispo. La duda vocacional lo siguió hasta que la peste asoló la ciudad en la que vivía y mató a sus padres, quienes se contagiaron ayudando a los más afectados. Al ver esto, Nicolás de Bari se decidió por el camino eclesiástico. Así que regaló todas sus riquezas a los damnificados y se fue a Mira, donde vivía su tío, para hacerse sacerdote. Se cuenta que Nicolás de Bari, luego de ordenarse como sacerdote a los 19 años, curó a un grupo de niños a quienes había acuchillado un criminal y regaló a un padre el dinero suficiente para que su hija tuviera una buena dote y pudiera casarse. Por estos y otros milagros, Nicolás de Bari fue nombrado Patrono de los marineros y los niños. Es, además, considerado santo en Grecia, Turquía, Francia y Rusia.
Rápidamente, comenzó a celebrarse en Holanda, Suiza, Austria, República Checa, Luxemburgo, Alemania y Polonia la Fiesta de San Nicolás, conocida como Sinterklaas, celebrada el 5 y el 6 de diciembre. En esta se les daban regalos y monedas a los niños pobres. En 1624, los inmigrantes de origen holandés que fundaron Nueva Ámsterdam, la cual se convertiría en la actual ciudad de Nueva York, trajeron consigo la festividad. Por lo que esta era celebrada habitualmente en esta zona de Estados Unidos. Ya para 1809, el nombre Sinterklass, con el que se denominaba a San Nicolás de Bari, pasó a ser Santa Claus, debido a que el autor Washington Irving, buscando reflejar la forma en cómo era pronunciado en Estados Unidos, lo puso así en su libro Historia de Nueva York. En 1823, Clement Clarke Moore le añadiría a Santa Claus, en su poema A visit From St. Nicholas, el trineo tirado por renos; además introduciría al reno Rudolph, característico por su nariz roja. En 1863, el alemán Thomas Nast dibujaría en sus historietas del Harper’s Weekly a un Santa Claus gordo y con barba. Para estas mismas fechas, Santa Claus y el francés Bonhomme Noël pasarían a unirse en un único personaje de ropas rojas, a veces llamado Papá Noel. Además, debido a un comercial en Estados Unidos elaborado por la Lomen Company, se le agregaría al ser mítico una casa en el Polo Norte, donde vivía y fabricaba los juguetes regalados. Y en el siglo siguiente, gracias a un comercial del refresco Coca Cola de 1931, la imagen que se había construido hasta el momento se hizo más amigable y fue difundida alrededor del mundo.
Si bien es cierto que este personaje ha sido fruto del sincretismo cultural, y que está inscrito en una festividad también caracterizada por la fusión de diferentes creencias, como los saturnales romanos y las fiestas celtas, se han presentado opositores en diferentes partes del mundo alegando que atenta contra las tradiciones de dichos lugares. Por ejemplo: en la República Checa y en Austria se atacó al personaje argumentando que buscaba sustituir la tradición del Niño Jesús. Por otro lado, en Alemania se presentó una crítica a Santa Claus, liderada por Bettina Schade, quien promulgaba que éste atentaba contra la tradición de San Nicolás y sus valores espirituales. Lo cierto es que en el siglo XX, la imagen se sumergió en el mundo comercial y adquirió connotaciones capitalistas.
Actualmente, se cuenta que Santa Claus tiene una esposa con la que vive en el Polo Norte. Aquí tiene una fábrica de juguetes en la que trabajan duendes o pequeños arlequines. Es tradición que los niños le escriban a Santa Claus una carta con lo que quieren y la pongan en el árbol de Navidad. Así, la fábrica hace lo que se pide en la carta. Una vez elaborados los regalos, son transportados por el mismo Papá Noel en su trineo volador tirado por renos. Papá Noel, con una lista de los niños y los regalos, visita cada hogar, entrando por la chimenea y depositando el obsequio debajo del árbol de Navidad. Es costumbre también que en la noche del 24 de diciembre se le deje un vaso de leche y un plato de galletas. Los regalos son recibidos entonces por los niños que se han portado bien todo el año, pero los que no, sólo reciben carbón.
Krampus vs Santa Claus
Santa Claus y Krampus están íntimamente relacionados. Algunas tradiciones tienen a los dos personajes trabajando juntos en una especie de «policía bueno-policía malo» dependiendo del comportamiento del niño. Sin embargo, el origen de Santa Claus y Krampus comenzó como dos mitos separados de diferentes regiones del mundo.
Santa pasó a convertirse en un fenómeno global de bondad y un símbolo positivo para todos los niños del mundo. Sin embargo, tiene una némesis, su opuesto total. El Krampus es una criatura de aspecto horrible con cuernos grandes, una lengua filosa y afilada, y garras como dagas. Agita sus cadenas para advertir a los niños de su presencia y sus colmillos asustan a las niñas y niños para que sean buenos. Si los niños no hacen caso de sus advertencias, los encuentra y los arrastra al inframundo, donde deben permanecer durante un año.
Krampus toma su nombre de la antigua palabra germánica Krampen que se traduce como garra. Sus orígenes provienen de la mitología nórdica en la que es el hijo de Hel, diosa del inframundo. Forma parte de las antiguas tradiciones alemanas para la temporada festiva. La Navidad alemana comienza antes que la mayoría a principios de diciembre. El folclore alemán indica que el 5 de diciembre es la víspera de Krampusnacht o Nikolaustag (Día de San Nicolás). En esta noche, los padres les dicen a sus hijos que miren junto a la puerta de casa para ver si sus zapatos contienen algún dulce o una vara.
Krampus en el resto del mundo
En varios países de Europa, como Austria, Alemania, Hungría y la República Checa, los hombres se visten con un traje de Krampus y participan en las fiestas llamadas Krampuslauf. Consisten en persecuciones de personas disfrazadas de «Krampus» y es un juego divertido. Incluso en Estados Unidos, la fiebre del Krampus se está extendiendo de manera muy parecida a como lo hizo Santa Claus todos el último siglo, las fiestas temáticas basadas en el Diablo de la Navidad van en aumento. Los austriacos también intentan mejorar la imagen pública del Krampus mediante la producción de todo tipo de artesanías y productos, desde chocolates hasta figuritas. El demonio anti-Navidad de repente se ha convertido en algo así como un nuevo icono.
El árbol de Yule es el árbol de la Navidad
En todas las culturas encontramos que la figura del árbol tiene un significado espiritual, místico e incluso poético. Están relacionados con la fecundidad, el crecimiento, la sabiduría, la longevidad, la protección e incluso la inmortalidad.
Para algunas culturas el árbol tiene un significado místico y es la representación del universo, es la unión del cielo y la tierra y por lo tanto la unión con la Divinidad; entre los ejemplos más conocidos tenemos al Yggdrasil de los pueblos nórdicos. Mientras que en las religiones orientales, el árbol es un signo de encuentro con lo sagrado y de la divinidad con el hombre.
En Mesoamérica suelen ser símbolos de sabiduría y lo sagrado, un ejemplo es el ahuehuete (de la palabra náhuatl ahuehuatl que significa agua vieja).
Hace siglos, antes que apareciera el Cristianismo, muchas culturas paganas acostumbraban llevar árboles, hojas y plantas perenes (las plantas que son verdes durante todo el año), al interior de sus casas en la llegada del Solsticio de Invierno, que ocurre en el hemisferio norte entre aproximadamente entre el 21 y el 22 de Diciembre. Aunque las prácticas específicas eran diferentes entre ciudad y cultura, el simbolismo era generalmente el mismo: celebrar el regreso de la vida y el inicio del declive del invierno. Recordemos que el Solsticio de Invierno es la noche más larga y fría del año, pero esto también significa que a partir de esta fecha, cada día el sol irá tomando fuerza poco a poco y nos acerca cada vez más a la primavera.
Las plantas perenes, al ser verde todo el año, las encontramos vivas en la época donde gran parte del alimento y las plantas es escaso y han muerto, pues el frío invierno ha acabado con ellas. De esta manera estas plantas tienen una cercana relación con la vida, el renacimiento y también la protección en los tiempos del duro invierno e incluso con la esperanza.
Los Egipcios particularmente valoraban las plantas perenes como símbolo de la victoria de la vida sobre la muerte. Ellos llevaban hojas verdes de palma a sus casas al rededor del Solsticio de Invierno. La celebración de Horus o Ra, el antiguo dios del Sol de Egipto, incluía la decoración de palmas y ramas verdes con doce brazos y directamente conectados al Dios Sol y a su ritmo natural en el cielo.
El tiempo del Solsticio en Babilonia era Zagmuk. Los Babilonios incorporaron su Dios Sol Marduk quien derrotó a los Monstruos del Caos durante este oscuro y tenebroso tiempo. Esta festividad introdujo la idea de una lucha entre lo bueno y lo malo; una idea que continúa vigente y podemos ver incluso en la figura de Santa Claus quien a través de regalos o carbón juzga el comportamiento de los niños.
En Roma el festival más grande en esta época era Saturnalia, el nacimiento del Dios romano Saturno. Este festival era celebrado del 17 al 24 de diciembre. Esta celebración incluía sacrificio de cerdo e intercambio de regalos y era seguido por los calendarios en el temprano enero del Año Nuevo, donde las casas eran decoradas con luces. Curiosamente, el Solsticio de Invierno Romano estaba marcado el 25 de Diciembre en el calendario Juliano.
En Inglaterra, el árbol e era originalmente visto como un amuleto mágico, y eventualmente transformado en las Manos del Padre de Navidad (o Father Christmas, nombre que se usa en Inglaterra, Canadá, Australia y Nueva Zelanda para denominar a la figura equivalente de Papa Noel).
En Italia, el tronco es quemado en la «Festa di Ceppo», mientras que en Serbia, las familias llevan el tronco (conocido como «badnjak») a sus casas para ser quemado acompañado con plegarias para pedir por felicidad, suerte y riquezas.
En los países nórdicos, esta fecha se llama tradicionalmente Yule, término que procede de una palabra escandinava que significa, tabla, tronco, rueda… (en alusión al cambio de ciclo ). Yule se conoce como la fiesta del nacimiento de la luz y es una fiesta emocionante, ya que rememora el encuentro con la simbología cercana a los arquetipos femeninos de la creación y gestación de la vida. Se conmemora a su vez el principio masculino de la luz, que vuelve para vencer la oscuridad. Los días se tornaran más largos según el dios sol crezca en fuerza y sabiduría. En ese día, según la tradición, la Diosa se llena de vida otra vez. Ese día también se celebran y ritualizan nacimientos, maternidades; representaciones del renacer de la vida y la trascendencia.
El árbol de Yule o el tronco de Yule no es otra cosa que una rama o un árbol que se adorna con luces de colores, esferas de cristal y adornos de color rojo y blanco. Es lo que ahora se conoce como un árbol de navidad. El Yule log o tronco de Yule, es un tronco de árbol de pino o abeto o cualquier otra madera, al cual se le dibuja o talla un sol. Este tronco luego se quema como una ofrenda. Durante la quema se canta, se dan regalos y se comparte comida.
Según la tradición también se encuentran referencias de estas celebraciones entre otros pueblos primitivos y por supuesto, sus raíces están ancladas en nuestros orígenes: En la cultura griega era costumbre adornar las casas con hiedra por dentro y por fuera y poner guirnaldas de acebo y muérdago, normalmente con afán de proteger a los moradores de las casas y evitar visitas indeseadas. Las campanas que tradicionalmente se cuelgan como símbolo de la Navidad proceden de una antigua superstición que dice que los malos espíritus se podían ahuyentar haciendo sonar campanillas. También se encuentran referencias a los modernos adornos navideños en forma de herradura, otra antigua forma griega de deshacerse de influencias negativas indeseables. Las bolas, estrellas o emblemas que cuelgan del árbol de Navidad representan los habitantes del cosmos: Planetas y estrellas; así como ofrendas frutales, manzanas u otros elementos primaverales que en el pasado adornaban los abetos y los robles…predecesores del actual árbol navideño.
Cada uno de estos ornamentos tiene un significado. Así por ejemplo, antes de que fueran sustituidas por bombillas eléctricas de colores, las velas eran uno de estos adornos tradicionales: Simbolizan la purificación y su llama se entendía como la representación de lo sagrado: La luz del alma del mundo. Las campanillas como muestra del espíritu vital. Las manzanas son signos propiciatorios de abundancia. Las bolas de colores y las estrellas representan, como ya hemos dicho, la bóveda celeste y sus constelaciones, que siempre han guiado al ser humano.
Los colores empleados para los adornos son el color rojo, símbolo del nacimiento (por su asociación con la sangre) color de la vida y predominante en primavera y el verde, símbolo de la tierra y la naturaleza. Las manzanas y las piñas eran otros elementos simbólicos utilizados para la ocasión, ya que representan la fertilidad, la sabiduría y la vida después de la muerte. Es evidente la experiencia de ciclo de renovación a partir del solsticio de invierno: Los días comienzan a ser más largos, (a partir del 26 de diciembre) aunque la vegetación no se manifestará hasta muchos meses más tarde, la cúpula celeste es la que primero anuncia el resurgir de la vida en la tierra.
Red apples in snow close up on Christmas tree branches. Greeting card toned
El cristianismo y la mezcla de tradiciones
Aunque es poco probable que el árbol de Navidad tal y como lo conocemos hoy, fuera usado en el siglo VII, algunas personas creen que la idea del árbol de Navidad fue inventada por St. Boniface (o San Bonifacio) en esa época, comprendiendo que era imposible quitar esta tradición pagana, y decidió adoptarla dándole un sentido cristiano, haciendo que el árbol adornado fuera también un símbolo del nacimiento de Cristo.
Hay diferentes leyendas referente a como St. Boniface inventó el árbol de Navidad. Algunos aseguran que usó la forma triangular del árbol para simbolizar la Sagrada Trinidad de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo a los no creyentes, y así lograr que estos nuevos convertidos empezaran a adorar el árbol como un símbolo Cristiano. Otra versión de esta leyenda asegura que St. Boniface taló un árbol de roble que era adorado por los paganos, y colocó un su lugar un árbol de abeto como símbolo de Cristo.
Mientras que algunos otros afirman que Martín Lutero fue quien introdujo esta costumbre al adornar con manzanas un árbol para tratar de explicar los dones que los hombres recibieron con el nacimiento de Jesucristo.
No hay duda que el árbol de Yule ha tenido un largo camino, desde sus orígenes paganos como una planta perene y símbolo de la vida hasta su rápido esparcimiento por Europa y América en el siglo XIX. Hoy es el centro de atención de la mayoría de las celebraciones Navideñas alrededor del mundo y con muchos estilos y tamaños desde árboles naturales y artificiales, desde el tradicional color verde hasta árboles en blanco, rosa, morado, rojo, e incluso colores como el negro; pero siempre acompañados de las combinaciones de luces y adornos.
La Befana una bruja muy dadivosa
Bueno pues las brujas no podían faltar en estas fiestas decembrinas y aquí les presento a la bruja Befana que es una figura típica de un gran número de zonas de Italia. Su nombre proviene de la palabra epifanía, la festividad religiosa en la época de Navidad que se celebra en Italia.
Según la tradición, la Befana visita las casas de los niños de Italia la noche del 5 al 6 de enero montada en su escoba para llenar los calcetines que estos dejan en sus casas con regalos y caramelos si han sido buenos o con carbón si se han portado mal.
Según cuenta la leyenda de la Befana, los Reyes Magos al perderse de camino a Belén para llevar sus presentes al niño Jesús, pidieron ayuda a una anciana para que les guiase en el camino. A pesar de las súplicas de los Reyes Magos para que les ayudara, la anciana no accedió y se quedó en su casa.
Después de pensárselo mejor, la anciana se arrepintió de no haber acompañado a los Reyes Magos y preparó una cesta con varios dulces y se fue en busca de los Reyes Magos. Al no conseguir encontrarles, la anciana se iba parando en cada casa que encontraba y regalaba los dulces que había preparado a los niños, confiando en que alguno de ellos fuera el niño Jesús.
Algunas otras creencias dicen que la Befana pertenece a la legión de demonios, brujas y espíritus que ingresaban a la tierra durante el cambio de año. Se le atribuyen poderes mágicos y premonitorios. La Befana a través de los tiempos ha ido modificando su carácter y hoy en día se le considera una bruja Buena.
Las costumbres dictan que la Befana visita a los niños en la víspera de la Epifanía y les trae dulces o regalos a los niños que se portaron bien durante el año. Pero a los niños que no se portaron bien se dice que les trae carbón.
En algunos pueblos se va de casa en casa y se piden dadivas para la Befana. Negarle a la Befana podría acarrear la mala suerte. Después con todo lo recogido se hace una gran comida y todo termina en una gran fiesta.
Desde entonces y hasta la actualidad, cada 6 de enero va a las casas de todos los niños de Italia para ser perdonada, en lo que se ha convertido en una tradición obligatoria en las fiestas de Navidad en Italia y en una de las tradiciones más importantes del año, sobre todo para los niños.
Sólo queda decirles que disfruten las fiestas decembrinas con otro enfoque más allá del que establece el cristianismo, el catolicismo, o la mercadotecnia, ya que estas tradiciones finalmente vienen de ritos paganos, un consejo es que puedes decorar tu árbol de Yule con colores y elementos relacionados a lo que quieres atraer para este año venidero y pasarlo en compañía de tus seres queridos, hay que quitarnos lo Grinch y seamos más felices estas fiestas. ¡FELIZ YULE! )0(