ROJO
(Tercera parte)
Continuemos nuestro camino de análisis a través de la historia sobre el color rojo, hemos dedicado ya dos capítulos sobre este color, recordemos que ha sido llamado “el rey de los colores” y su simbología es rica y variada a través del tiempo y las culturas.
En la Grecia antigua los vestigios más importantes de utilización del rojo se encuentran en las vasijas, que nos proporcionan información sobre los mitos, las relaciones sociales y todo aquello que engloba la vida de los antiguos griegos.
Michel Pastoureau nos dice que la idea de la “Grecia Blanca” es solo un mito, ya que a través de escritos se sabe que los griegos amaban la policromía viva y contrastada, sobre todo en pinturas murales, desgraciadamente se podría decir que todo ha desaparecido.
De los romanos, herederos culturales de los griegos quedan mas rastros y por ende mas conocimiento sobre la utilización de los colores, donde vemos la preeminencia del color rojo, detallado tanto en numerosos textos como en ruinas arquitectónicas; el ejemplo mas claro lo tenemos en la maravillosa ciudad de Pompeya, donde en la mayoría de sus muros se utilizó este color como pintura de fondo.
Aquí, como en muchos casos se utilizó el cinabrio como pigmento colorante, denotando por su uso la idea de riqueza, ya que su precio es elevado (extraído de minas en España) y al mismo tiempo es muy peligroso pues se trata de un veneno muy poderoso (sulfuro natural de mercurio), lo que nos muestra una simbología palpable del poderoso y rico Imperio Romano.
Los pintores romanos utilizaron también otros pigmentos (hematitas, óxido de hierro, realgar (otro veneno que se obtiene del arsénico) y el minio, (también muy venenoso). Podríamos decir que pintar se convierte no solo en un arte, sino en un oficio de alta peligrosidad, pero es necesario destacar que los pintores y artesanos romanos realizan notables avances en la policromía pues comienzan a mezclar elementos para la obtención de nuevos tonos, del rojo lograrán bellos matices de naranja y rosa. En la siguiente imagen lo vemos en el fondo y cuerpo de la dama respectivamente:
Es también en esta cultura que el portar vestimentas rojas adquiere un significado muy especial. Aunque colorear las telas era ya una costumbre conocida por otras culturas desde los inicios de la humanidad, destacándose las telas rojas teñidas con “púrpura” que se obtiene de conchas vivas del mar Mediterráneo y considerado como una materia viva y por consiguiente: mágica, circulan muchas leyendas sobre su origen, la mas conocida es la griega que dice que el perro de Hércules (o del rey Minos de Creta en otras versiones) jugueteó con conchas en la arena y terminó con el hocico pintado en rojo.
Pero serán los tintores romanos quienes lograron una perfección en la obtención de teñidos de una gama de rojos, naranjas, amarillos; un poco menos de maestría en la obtención de negros, cafés, rosas y grises; y todavía menor en verdes y azules (en esa misma época serán los celtas y germanos quienes obtendrán las mejores telas en estos últimos colores).
El que los romanos fueran maestros en las telas rojas obedece a un código simbólico en el vestir pues solo se permitirá a los sacerdotes, magistrados o un alto mando militar llevar una prenda teñida con púrpura, de ahí viene la expresión en latín “purpuram induere” que significa acceder a muy altas funciones civiles o militares. También a los ricos se les permitirá portar vestimentas con trozos en rojo. Como lo vemos en la siguiente imagen, donde la vestimenta nos muestra el rango social en el antiguo Imperio romano.
Cabe notar en la figura de un senador de la imagen anterior, un poco de rojo en la túnica que porta, ya que vestir enteramente con telas rojas era un privilegio imperial como símbolo de una autoridad absoluta, el rojo le otorga una esencia divina incuestionable, aquel que se atreviera a vestirse completamente con telas rojas se consideraba que cometía un crimen de alta traición.
En los escritos romanos aparecen muchas referencias a que en las casas se guardaba siempre un “fuego encendido” (causa de una multitud de incendios) que presidía las comidas y las ceremonias, servía para la comunicación con los ancestros, protegía a la familia y su continuidad. No se podía dejarlo apagar ya que era un signo de mal augurio y existía una práctica común de la observación de las flamas como ritual adivinatorio, si las flamas se tornaban en color rojo (que es algo poco común) se consideraba como anuncio de algún evento muy importante.
Dentro del vestuario hablemos de la practica del maquillaje, sobre todo de las mujeres, los escritos nombran a las “matronas” esposas de los “patricios”, los personajes mas acaudalados del Imperio, que describen la utilización (de herencia egipcia) del blanco en la frente, mejillas y brazos, negro en las pestañas y contorno de ojos y los rojos intensos en mejillas y labios, muchos de los filósofos de la época reprueban estas costumbres, argumentando que la belleza femenina se esconde tras la pintura. Es de destacarse que las formas del maquillaje no han tenido mucha variación a través de los siglos y esto se puede considerar como una historia de “larga duración”.
Y para completar la presentación personal de las mujeres romanas hay que agregar las joyas, amuletos colguijes. En todos ellos predominan las piedras de color rojo pues se considera símbolo de belleza y seducción, pero también una atracción de la ventura: piedras finas como el rubí, granate, jaspe o cornalina y para los mas pobres: pasta de vidrio talladas, trozos de cinabrio o de coral. Esta costumbre también la llevaron algunos hombres, que discretamente portaban una joya o talismán de color rojo. Se creía que la piedra entra mas intenso fuera el rojo su eficacidad era mayor, asi la piedra mas buscada será el rubí (tallado en forma de gota), a quien se le atribuirán una multitud de virtudes: estimulador del ardor sexual, fortificación del espíritu, calentar el cuerpo, alejar las serpientes y los escorpiones. En el caso del coral, cubre de muchos peligros, especialmente de los rayos.
Hasta aquí estas líneas y continuaremos hablando de los significados del rojo en la siguiente entrega…
Elena Monges