El perro es el lobo domesticado. En la humanidad durante la época prehistórica alrededor del mundo, el hombre le dio de comer y cobijo en su cueva, por lo que se domesticó y se volvieron amigos inseparables. Por eso se dice que este acompañante es el mejor amigo del hombre, algo que comenzó en el neolítico y sigue siendo en cualquier confín de la tierra.
De hecho, lo encontramos retratado en las diversas mitologías, como la griega, donde Hécate y sus perros protegían en una “Alianza para la Defensa y Protección” a aquellos que no se pueden defender por sí mismos, como los bebés, los recién nacidos, indefensos, marginales, locos y los calumniados injustamente. Por su parte, los romanos, griegos, celtas y egipcios utilizaban al perro como guardián sagrado entre los mundos, pues lo veían capaz de percibir niveles más sutiles fuera de la percepción mundana común.
Dentro de la alquimia, en muchas ocasiones se ve a Mercurio representado por el perro o los lobos, como el símbolo de la sabiduría alquímico, esto es porque el mercurio se fusiona con facilidad con otros metales, como una forma de representar que la amistad y los lazos son fáciles de lograr con el perro.
Características
Como animal de poder, este animalito aparece en múltiples historias como símbolo de la comunicación y la percepción sensorial, ya que se considera conectado a los reinos metafísicos. De hecho, se cree que el perro es un enlace entre las dimensiones psíquicas y físicas.
La medicina del perro (y tener uno) es poseer el símbolo viviente de la amistad, es una gran herramienta para ser sociable, leal, fiel, comunicativo y generoso hacia quienes te rodean.
También se le considera símbolo de inteligencia, transición y sobre todo un fácil flujo a través de los procesos de transmutación.