Empiece por crear un símbolo del hábito del que quiere liberarse. Una gota (como una lágrima) podría ser adecuada, si desea dejar de estar hundido en el dolor. Un candado para la inercia y la autorestricción. Un cuchillo para la excesiva cólera. Una balanza desequilibrada para la obsesión amorosa. Para vicios físicos y emocionales, los símbolos son evidentes: una botella de alcohol, un cigarrillo, una píldora, comida…
Practique dibujando el símbolo en una hoja de papel. Debería ser tan sencillo como fuera posible (un dibujo de línea es perfecto), pero debe expresar de una forma completa lo que simboliza. Experimente, Practique hasta que haya perfeccionado el dibujo del símbolo.
Consiga, por lo menos, cincuenta pequeños cantos rodados. Deben ser piedras de río o piedras pulidas semipreciosas. Tendrían que ser todas más o menos del mismo tamaño, y de una medida entre los seis milímetros y el centímetro de diámetro.
En un momento tranquilo, cuando nadie le acompañe, siéntese en el exterior, sobre la tierra desnuda (o en su defecto en el suelo, en el centro de una habitación). Tenga las piedras a su lado. Al sentarse, visualice cómo el hábito negativo desaparece para siempre de su vida. Visualícese libre del mismo, así como de todos los deseos y anhelos que sienta. Grábese fijamente esta imagen en su mente.
Divida en dos montones iguales las piedras. Con una mitad, construya el símbolo del hábito en el suelo. Utilice todas las piedras para representar la imagen (está haciendo un esbozo del símbolo que ha elegido).
Cuando haya terminado, mire el dibujo debajo de usted. Haga crecer el poder personal en su interior. Mire cada vez más fijamente el símbolo. Continúe visualizándose como libre del hábito destructivo.
Coja un puñado de las piedras sobrantes. Diga al símbolo:
Te permito tomar mi control. Te permito tomar mi control. Te permito tomar mi control.
Ahora, cuando el poder esté a punto de explotar en su interior, transfiéralo a las piedras que hay en su mano. Diga:
Expulsado, expulsado, sé expulsado.
Cuando diga «sé», tire las piedras al símbolo, haciéndolo desaparecer, destrozándolo hasta su desaparición.
Pueden saltar chispas. Las piedras cargadas de energía golpearán el símbolo (y por eso, la energía que le ha dado a su hábito) con toda la fuerza de su magia. La energía positiva que envíe vencerá a la energía negativa del hábito. La expulsión ha empezado. Después, descanse unos instantes. Recoja las piedras. (Si pierde algunas, no le dé demasiada importancia.) Repítalo todo cada día durante una semana. Cómo lo desee, así será.